Es innegable que el mercado financiero mueve los hilos de la economía mundial y por esa razón también es un importante puntal de dinamismo y crecimiento. Al hablar del mercado financiero hablamos de un universo amplio de mercados que lo conforman, tal como es el caso del mercado de valores.

El mercado de valores es la alternativa de mejores oportunidades de rentabilidad para los inversionistas, así como la alternativa de financiamiento para el desarrollo de emprendimientos, negocios y de la industria en general.

Este paradigma se ha roto gracias a la participación de los intermediarios quienes brindan asesoría y acompañamiento a los interesados. Estos intermediarios, conocidos como operadores de valores, quienes a su vez forman parte de las casas de valores, tienen que cumplir con normas y requisitos para poder ejercer esa actividad. Esto permite que los inversionistas y empresas sientan un valor fundamental en este mercado: LA CONFIANZA.

Asimismo, el amplio abanico de empresas participantes como emisores de títulos valores, es un gran aporte para romper este paradigma. Actualmente, en el mercado de valores participan empresas de varios sectores de la economía, tales como el comercio, la construcción, alimentos, seguros, sector financiero, entre otros. Así como desde la pequeña hasta la gran empresa.

Sin embargo, el paradigma terminará de romperse solamente cuando en la cotidianeidad se hable del mercado de valores y sobre la forma en la cual puede convertirse en aporte a la economía del país.

En los últimos años, gracias al avance tecnológico, el mercado de valores está cada vez más cerca de la gente. Capacitaciones, estadísticas en tiempo real y la información amplia sobre los partícipes del mercado, son parte de los insumos que se encuentran a disposición del público en la web o en las mismas redes sociales, y que ayudan en el objetivo de fomentar una verdadera cultura bursátil.

Lo desconocido causa temor y por esa razón es el desafío de todos quienes formamos parte del mercado de valores ecuatoriano, de convertir ese temor en confianza y libertad financiera.