Las tasas de interés del sistema financiero nacional están nuevamente en análisis de la Junta Monetaria y Financiera, el máximo organismo regulador del sector.

La Junta tiene entre sus funciones el establecimiento de los topes máximos a las tasas de interés en el país.

El delegado del Presidente a este organismo, Marcos López, indicó ayer (jueves 13 de septiembre del 2018) que la revisión apuntará a que “el ahorro del país sea canalizado a la inversión productiva, que es lo que requiere el país”.

No solo se revisarán las tasas de interés para el sector productivo sino que se realizará un análisis integral de todos los segmentos, que incluye consumo, vivienda, microcrédito, entre otros.

“Esperamos tener un estudio técnico que permita una revisión global de la forma de fijar las tasas en el mercado”, indicó al resaltar que el análisis considerará los niveles de riesgo de cada segmento.

Dentro del análisis entrará, además, la disposición de la Ley de Fomento Productivo -en vigencia desde el 21 de agosto pasado- que dispuso fijar tasas para los sectores agrícola y ganadero. Verónica Artola, gerenta del Banco Central del Ecuador (BCE), explicó días atrás que la revisión se analiza en coordinación con el Ministerio de Finanzas y reconoció que se trata de un asunto sensible.

Como parte de la tarea, se conformarán mesas de trabajo con diferentes sectores. Se analizan metodologías internacionales para identificar las mejores opciones para las “mesas de trabajo: si por gremio, por instituciones (...)”.

La banca privada mira con recelo una posible revisión a los costos del financiamiento. Julio José Prado, presidente de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca), consideró que no es el mejor momento para ajustar esta política.

Argumentó que la banca ha venido bajando las tasas en los dos últimos años. Las tasas eran, en promedio, del 12% en todos los segmentos. Para el 2017, el costo cayó al 11% y en lo que va de este año ya se ubica en el 10,5%.

La reducción obedece, según Prado, a las condiciones macroeconómicas y, sobre todo, a la alta liquidez que había. “Cuando hay condiciones y competencia las tasas pueden bajar sin necesidad de que un organismo obligue”.

Pero el contexto para lo que resta de este año y para el 2019 es distinto. Prado señaló que ahora hay menos liquidez, lo cual obedece a una menor inyección de recursos en la economía por parte del Gobierno.

El directivo dijo que las tasas no reflejan el riesgo bancario. “La liquidez es escasa, inestable. Hay una diferencia entre los plazos de los depósitos y el de los créditos. Esos son temas que tenemos que ir a conversar”.

López espera que el tema se pueda definir hasta fin de año y reconoció que “hay que buscar incentivos para que las tasas bajen, pues el costo no puede reducirse por decreto”.

Estas declaraciones se dieron en el marco del VI Congreso Latinoamericano de Economía y Banca, que arrancó ayer en Quito y concluye hoy, viernes 14 de septiembre del 2018.

El ministro de Finanzas, Richard Martínez, anunció en el evento que enviará una reforma en octubre para facilitar trámites tributarios.